En distintas ocasiones, he reconocido que mi misión de vida es, APRENDER A AMAR. Solo y exclusivamente, estoy aquí (en esta vida) para aprender a amar en el sentido más amplio de la palabra, y ya te aseguro yo, que no estoy ni en la mitad del camino… además, creo que he tomado una misión difícil de conseguir y que toda mi vida, estaré en ese aprendizaje. Sin embargo, me siento feliz de saber que esta es mi misión.
Para conseguirlo, me acompaño de grandes maestros: mi marido, mis padres, mis amigas y sobretodo, mi hijo. No sé si algún día me darán el aprobado, o algo más de nota, pero yo ya os prometo, que a día de hoy, hago todo lo posible por conseguir aprobar!!!
Me voy a centrar en este post, en el amor incondicional a nuestros hijos. Entiendo que si sabes amarlos a ellos, sabes amar a todo el mundo, pues esto no es una asignatura de amo a este sí y a esto no, amar significa o que sabes AMAR o que no sabes.
Amar incondicionalmente a un hijo, no es esa idea de amor que consiente todo, que hace todo lo que sea posible por miedo a perderlo… estar siempre dispuesto o estar siempre sonrientes… No, no me refiero a ello. Amar a un hijo es saber que puedes sentir y mostrar todos tus sentimientos: tu amor así como tu enojo, tu alegría así como tu tristeza, tu aprobación o desaprobación, sin miedo.
Significa, saber cuándo ayudarle y cuando dejarle a enfrentarse solo a ciertas situaciones.
Significa, dejar hacer su propio camino y no querer que haga el camino que tú no pudiste hacer. Significa, que puedes allanarle el lugar, pero será él quien tenga que encontrarlo. Significa, que entiendes que su alma ha decidido vivir una experiencia y le permites vivirla. Significa, que lo trajiste al mundo pero no eres dueño de su vida.
En ocasiones, por la experiencia con clientes, esto es fácil de llevarlo a cabo, cuando los hijos son pequeños, sin embargo, cuando se hacen adultos, tenemos miedo de expresar lo que realmente sentimos por si se van de nuestro lado y por ello, nos sentiremos solos.
Cuida el camino de su educación para que esto no llegue a suceder. Y si sucede, recuerda, que será parte del aprendizaje por ese amor incondicional. Díselo! Exprésale lo que siente! No tengas miedo!
Prefiero enfrentarme a distintas sensaciones para llegar a sentir por un momento o por muchos, ese amor incondicional, que dejar pasar la vida, sin haberlo sentido nunca… Tú decides!!!
MARIA JOSE PADILLA
COACH PROFESIONAL
In Love, With Love... C'est tout!!
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